Mis primeros recuerdos de infancia están ocupados por imágenes, sonidos y aplausos que provenían de la carpa del circo y de la casilla (rodante) en donde vivíamos. Ese era nuestro mundo y con el paso del tiempo descubrí y valoré sus particularidades: los viajes hacia mejores lugares para levantar la carpa, la organización (o falta de ella) para el trabajo, los momentos previos a las funciones, los amigos que se hacían en cada pueblo.
Mi familia tenía en esa época (y aún hoy) su propio sonido, como un nombre, un silbido que era el llamado de mi padres cuando necesitaban ubicarme. En realidad, cada familia tenía un sonido propio que la identificaba: los Rutkus-Riego, los Crinó, los Palma, los Gómez y en algunos horarios, cerca del almuerzo o del comienzo de la función, todos convocaban a su gente y los silbidos cortaban el aire, componiendo la sinfonía que se grabó en mi memoria y que hoy me impulsa a contar una historia. O varias.
Mi objetivo al presentar esta muestra es dar a conocer un material que involucra a personas que nacieron y vivieron en el circo cuando éste estaba en su apogeo siendo una de las actividades artístico-populares más reconocidas durante la primera mitad del siglo XX.